En la vorágine de la cotidianidad que envuelve al mundo de hoy, en la desbordada lucha del día a día en que los valores pierden sentido, en el que solo sobreviven los más aptos y el insulto hacia la identidad se viste de xenofóbico agravio, aún existen remansos que nos hacen albergar esperanzas de una condición humana más digna. El Dúo Ablaye Cissoko y Cyrille Brotto, con su propuesta musical, es uno de los más apacibles.
Ablaye (Senegal) y Cyrille (Francia) funden su talento y virtuosismo en un amalgama pletórica de sensibilidad y misticismo e intrínsecamente lleva un mensaje de fraternidad entre los seres humanos más allá de las creencias y color de la piel.
En entrevista con el Diario, Cyrille Brotto, intérprete de acordeón, habla de los orígenes de esta singular formación (al momento de la entrevista, su compañero Ablaye aún no había llegado a la ciudad).
Brotto hizo del acordeón su compañero de profesión hace dos décadas. Ha viajado por Europa ofreciendo conciertos y clases magistrales, y participando como invitado de varios ensambles, lo que le ha llevado a reunir amplio repertorio de temas populares y largo bagaje de estilos.
Se casó con Emilie, su compañera de vida desde hace siete años y con quien tiene un hijo. Cyrille explica cómo el hogar de ambos en Francia se convirtió en una suerte de “peña” o íntimo salón de conciertos, donde se presentaban él y otros artistas de manera periódica.
Emilie siempre fue gran admiradora de Ablaye Cissoko, cantante y maestro de la Kora, tradicional instrumento de cuerda de origen africano, estructuralmente parecido al banjo pero con numerosas cuerdas. Ablaye es referente de la música de Senegal y tiene una trayectoria de 15 años.
El timbre de su voz y la digitación de su instrumento revelan su pasión y virtuosismo, con el que conduce al público a un estado de relajación y paz interior. Ha hecho mancuerna con numerosos artistas de diversos géneros, sobre todo clásicos y jazz.
“En cierta ocasión, antes de la pandemia del Covid-19, el representante de Ablaye se puso en contacto conmigo para programar una presentación íntima en nuestro espacio, lo cual me pareció increíble porque yo admiro a Ablaye pero a Emilie le fascina, así que cuando se presentó en aquel concierto de apenas 30 personas fue la mayor de las sorpresas para mi esposa”, recordó.
“Ahí comenzamos a platicar entre ambos y conocernos, le dije que tocaba el acordeón y él me dijo: pues toquemos algo juntos, y a partir de ese momento surgió esa química”, explicó.
Son dos artistas de formaciones distintas, instrumentos diferentes y países lejanos, pero unidos por el idioma y la condición humana.
A través de su propuesta, los artistas tocan las fibras más sensibles del espectador, con sonidos armonizados que invitan a la meditación y la relajación, una propuesta que no necesita palabras en español para cautivar y enamorar.
Texto: Emanuel Rincón Becerra
Fuente: www.yucatan.com.mx