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RABIH ABOU KHALIL
(Líbano)

Abierta contratación

Conocido por la maestría de sus composiciones y por su forma singular de tocar el laúd árabe, el compositor nacido en Líbano, aunque ciudadano del mundo, ha estado a la vanguardia internacional desde mediados de los 80. Rabih Abou Khalil comenzó estableciendo un puente cultural entre la música de Oriente y Occidente cuando la world music no era ni un concepto ni una moda. Sus grupos y formaciones son siempre de gran calidad, el más reciente, normalmente en quinteto, está fuertemente influenciado por la cultura mediterránea, con un acordeonista de Roma, un cantante y excelente saxo de Cerdeña y un francés que toca la tuba y las percusiones establecido un Turquia.

Concierto en trío:

Nacido en el Libano, Rabih Abou Khalil creció en el Beirut cosmopolita de los años 60 y 70. Niño precoz, comenzó a estudiar el laúd árabe a los cuatro años. En el mundo árabe este instrumento goza de una popularidad y un prestigio comparables a la importancia que tienen en Occidente el piano y la guitarra.
La guerra del Líbano empujó a Rabih a dejar su país natal en 1978 para establecerse en Munich, donde recibió una formación clásica en el Conservatorio a cargo del profesor Walther Theurer. A su lado Rabih se familiarizó con la cultura musical occidental y así adquirió los conocimientos musicales que le facilitaron la comunicación y el intercambio con los músicos de Europa. Pronto el estudio analítico de la música europea asociado a un interés desbordante por todas las culturas musicales le permitieron abordar la música árabe desde una perspectiva teórica y evolucionar en los sistemas de referencias musicales diametralmente opuestos. Sus composiciones únicas, siempre acompañado de músicos excepcionales, sobrepasan indiscutiblemente todo aquello que ha sido susceptible de ser tocado en materia de fusión de géneros musicales.
Rechazando cualquier compromiso artístico, Abou Khalil decidió muy pronto producir él mismo su música, implicándose sistemáticamente en cada etapa de la creación de un disco: desde la grabación a la concepción grafica de la cubierta todo lleva su firma personal y hasta el día de hoy nunca ha cambiado. Esta es una de las particularidades esenciales de su larga y duradera colaboración con la casa de discos Enja.

En 1982, Abou Khalil graba su primer álbum “Compositions and Improvisations” que fue acogido con entusiasmo por la prensa. Dos años mas tarde edita “Bitter Harvest” y dos años después sale “Between Disk and Dawn”, su primer Cd grabado con músicos de prestigio internacional (entre otros Charlie Marinao, Glen Moore, Glen Velez y Ramesh Shotham) que reafirma su estilo único de composición rítmica y melódica. A esto seguirán varios opus grabados con prodigiosos músicos árabes tradicionales o con conocidos músicos de jazz (Sonny Fortune, Steve Swaloww, Kenny Wheeler, etc) como en el muy reconocido Cd “Blue Camel”

Desde hace tiempo Rabih abou Khalil se ha ganado un gran prestigio como compositor e instrumentista, a la vanguardia de todo muy por delante de su tiempo. Con su técnica de composición caracterizada por complejas secuencias rítmicas que no se someten a ninguna regla (incluso a las de origen árabe), Abou Khalil ha creado un lenguaje sonoro de matices a la vez misteriosos y extrañamente familiares.
Como encargo de la Radio difusión sud-oeste alemana, Rabih compuso dos piezas para cuarteto de cuerda que fueron presentadas al público por primera vez en 1992 en el marco del festival “Jazz-Gipfel” de Stuttgart y fueron interpretadas por el famoso cuarteto de cuerda Kronos siendo la sensación del festival. Con su álbum “Arabian Waltz” que grabó con Balanescu Quartet demostró que había conseguido con éxito integrar en su universo musical el cuarteto de cuerdas, forma de expresión artística tradicionalmente reservada a la música clásica.
Aquello que al principio parece una confrontación arbitraria de instrumentos discordantes a partir de universos musicales diferentes no es otro que la metódica puesta en práctica del muy elaborado concepto por Abou-Khalil.

Bajo su dirección, las contradicciones no dan lugar a la confusión. Bajo su dirección los músicos de culturas musicales variadas se dejan inspirar por la común intuición del desafío que representa la interpretación de su música.
A medida que los músicos se identifican intelectual y emocionalmente con sus composiciones, los intérpretes desarrollan un entusiasmo gradual que terminaran por comunicar a la audiencia como algo nuevo, algo que le llevará a explorar paisajes desconocidos. Composiciones de temas diversos hechos de este elixir; la obra de Abou-Khalil se ha singularizado de tal manera que no corresponde a ningún convencionalismo, no permite clasificarla en ninguna categoría conocida. Preguntarse por su naturaleza – Oriente y Occidente, jazz o música clásica, músicas del mundo o fusión – es un ejercicio inútil.

Por encargo de la comunidad de Duisburg, Abou-Khalil compuso una obra para el Ensemble Modern, formado por músicos de renombre internacional, uno de los grupos de música contemporánea más reconocidos mundialmente. La BBC Concert Orchestra interpretó por su parte en estreno mundial en Londres y Chichester piezas escritas especialmente para él. A partir de aquí Abou-Khalil se consagró regularmente a la composición de obras para Orquestas Internacionales – desde Osnabrück a Skopje en Macedonia pasando por Sankr Pölten en Austria –
La música visualmente evocadora de Abou-Khalil parece predestinada para el cine y en 1998 Abou-Khalil compuso la música para la premiada película turca-alemana “Yara” del director Yilmaz Arslan. En el 2010 se interpretó por primera vez su instrumental partitura que acompañaría a la película muda alemana de 1922 “Nathan el Sabio”. Esta obra sinfónica encargada por las cadenas de Televisión 2DF y Arte fue estrenada mundialmente en Munich por la Orquesta Nacional Alemana de la Juventud que recibió una gran acogida por parte del publico y los medios de comunicación y dio como resultado el álbum “Trouble in Jerusalem”

Secuencias rítmicas increíblemente delicadas y ritmos irregulares magistralmente transformados en melodías encadenadas que flotan continuamente y nunca parecen querer pasarse, adquieren un encanto y una fuerza de atracción inaudita. Así resumía Dietmar Wiesmer, flautista del Ensemble Modern, sus impresiones: “Mientras trabajamos con Rabih Abou-Khalil, las palabras de Herbert von Barajan me venían a la mente inevitablemente: No tocar con moderación, ir mas allá de la moderación”
La música de Abou-Khalil se nutre de encuentros creativos y no del exotismo y de elementos culturales radicalmente diferentes nace algo nuevo, autosuficiente, vivo y hermoso.

RABIH ABOU-KHALIL Hungry People
El último trabajo del laudista libanés Rabih Abou-Khalil inaugura una nueva etapa tras abandonar Enja Records, sello discográfico en el que ha publicado la práctica totalidad de sus reseñables discos de las últimas dos décadas, pero afortunadamente le siguen acompañando los músicos que integran la Mediterranean Quintet: Gavino Murgia (saxo soprano y voz), Luciano Biondini (acordeón), Michel Godard (tuba y bajo), Jarrod Cagwin (percusiones) y Walter Quintus (ingeniero de sonido). Siempre se ha rodeado de grandes instrumentistas con los que toca desde hace más de tres lustros y que ha elegido por su capacidad de diálogo en cada composición y por aportar una sonoridad particular a las piezas que crea. Temas –en este trabajo entrega una decena de nuevas piezas grabas en Berlín- en los que el jazz y sus desarrollos musicales le dejan una completa libertad de creación, una paleta de timbres que marchan desde las escalas árabes hasta los fraseos de saxo. Los solos con su laúd resultan prodigiosamente luminosos en un momento, melancólicos en otros para alcanzar velocidades trepidantes en los momentos más viales del trabajo. Si en su discografía hemos visto singulares carpetas decoradas con cactus, sirenas, pies o peces,… -casi nunca ha recurrido a su propia imagen- ahora ha elegido una ilustración de oriundo personaje vestido con una chilaba, babuchas y tocado con un tarbush o gorro, sentado a una mesa comiendo sandía. Tal su portada sirva de metáfora del ansia de libertad tras la primavera árabe y los cambios socio-políticos en el norte de África.